Liturgia de las horas

Hora Intermedia

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

HIMNO

Cuando la luz del día está en su cumbre,
eres, Señor Jesús, luz y alegría
de quienes en la fe y en la esperanza
celebran ya la fiesta de la Vida.
 
Eres resurrección, palabra y prenda
de ser y de vivir eternamente;
sembradas de esperanzas nuestras vidas,
serán en ti cosecha para siempre.
 
Ven ya, Señor Jesús, Salvador nuestro,
de tu radiante luz llena este día,
camino de alegría y de esperanza,
cabal acontecer de nueva vida.
 
Concédenos, oh Padre omnipotente,
por tu Hijo Jesucristo, hermano nuestro,
vivir ahora el fuego de tu Espíritu,
haciendo de esta tierra un cielo nuevo. Amén. 

SALMODIA

Ant. 1. Los profetas anunciaron que el Salvador nacería de María Virgen.

Salmo 118, 17-24 
III (Ghimel)

Haz bien a tu siervo: viviré
y cumpliré tus palabras;
ábreme los ojos, y contemplaré
las maravillas de tu voluntad; 
soy un forastero en la tierra:
no me ocultes tus promesas.

Mi alma se consume, deseando
continuamente tus mandamientos;
reprendes a los soberbios, 
malditos los que se apartan de tus mandatos.

Aleja de mí las afrentas y el desprecio,
porque observo tus preceptos;

aunque los nobles se sienten a murmurar de mí,
tu siervo medita tus leyes;

tus preceptos son mi delicia,
tus decretos son mis consejeros.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Los profetas anunciaron que el Salvador nacería de María Virgen.

Ant. 2. El ángel Gabriel dijo a María: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo; bendita tú entre las mujeres».

Salmo 24
ORACIÓN POR TODA CLASE DE NECESIDADES 
La esperanza no defrauda (Rom 5, 5). 
I
 

A ti, Señor, levanto mi alma;
Dios mío, en ti confío, 
no quede yo defraudado,
que no triunfen de mí mis enemigos;
pues los que esperan en ti no quedan defraudados,
mientras que el fracaso malogra a los traidores.

Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador,
y todo el día te estoy esperando.

Recuerda, Señor, que tu ternura
y tu misericordia son eternas; 
no te acuerdes de los pecados
ni de las maldades de mi juventud; 
acuérdate de mí con misericordia, 
por tu bondad, Señor.

El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores; 
hace caminar a los humildes con rectitud, 
enseña su camino a los humildes.

Las sendas del Señor son misericordia y lealtad 
para los que guardan su alianza y sus mandatos. 
Por el honor de tu nombre, Señor,
perdona mis culpas, que son muchas.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. El ángel Gabriel dijo a María: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo; bendita tú entre las mujeres».

Ant. 3. Dijo María: «¿Qué saludo es éste que me turba? ¿Voy a dar a luz al Rey sin romper los sellos de mi virginidad?»

II

¿Hay alguien que tema al Señor? 
Él le enseñará el camino escogido: 
su alma vivirá feliz,
su descendencia poseerá la tierra.

El Señor se confía con sus fieles 
y les da a conocer su alianza.
Tengo los ojos puestos en el Señor, 
porque él saca mis pies de la red.

Mírame, oh Dios, y ten piedad de mí, 
que estoy solo y afligido. 
Ensancha mi corazón oprimido 
y sácame de mis tribulaciones.

Mira mis trabajos y mis penas
y perdona todos mis pecados; 
mira cuántos son mis enemigos, 
que me detestan con odio cruel.

Guarda mi vida y líbrame,
no quede yo defraudado de haber acudido a ti.
La inocencia y la rectitud me protegerán, 
porque espero en ti.

Salva, oh Dios, a Israel
de todos sus peligros.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Mijo María: «¿Qué saludo es éste que me turba? ¿Voy a dar a luz al Rey sin romper los sellos de mi virginidad?»

TERCIA

LECTURA BREVE Mi 5, 4-5a

El jefe de Israel, en pie, pastoreará con la fuerza del Señor, por el nombre glorioso del Señor, su Dios. Habitarán tranquilos porque se mostrará grande hasta los confines de la tierra; y éste será nuestra paz.

V. Los gentiles temerán tu nombre, Señor.
R. Los reyes del mundo tu gloria.

ORACIÓN

Despierta tu poder, Señor, y ven a socorrernos con tu fuerza; que tu amor y tu perdón apresuren la salvación que nuestros pecados retardaron. Por nuestro Señor Jesucristo.

SEXTA

LECTURA BREVE Ag 2, 7. 10

Todavía un poco más, y agitaré cielo y tierra, mar y continentes. La gloria de este segundo templo será mayor que la del primero y en este sitio daré la paz —oráculo del Señor de los ejércitos—.

V. Acuérdate de nosotros, Señor, por amor a tu pueblo.
R. Visítanos con tu salvación.

ORACIÓN

Despierta tu poder, Señor, y ven a socorrernos con tu fuerza; que tu amor y tu perdón apresuren la salvación que nuestros pecados retardaron. Por nuestro Señor Jesucristo.

NONA

LECTURA BREVE Mi 4, 2

A los que honran mi nombre los iluminará un sol de justicia que lleva la salud en las alas; vosotros saldréis saltando como terneros del establo —dice el Señor de los ejércitos—.

V. Ven, Señor, y no tardes.
R. Perdona los pecados de tu pueblo.

ORACIÓN

Despierta tu poder, Señor, y ven a socorrernos con tu fuerza; que tu amor y tu perdón apresuren la salvación que nuestros pecados retardaron. Por nuestro Señor Jesucristo.

CONCLUSIÓN

V. Bendigamos al Señor.  
R. Demos gracias a Dios.

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