26
JUL
2025

17º Domingo de Tiempo Ordinario



              Nos encontramos con un pasaje estructurado en tres partes: un modelo de oración,  una pequeña  parábola  y unas palabras sobre la confianza total del discípulo.

           Jesús inicia su enseñanza con un modelo de oración: empieza con una invocación a Dios como Abba, el modo familiar que tenía Jesús de dirigirse al Padre. A esta invocación sigue una mirada hacia Dios, como un grito de anhelo y esperanza, solicitando que él mismo se manifieste en la historia y su Reino sea acogido por toda la humanidad.

           A esa mirada le sigue una mirada a nuestra realidad con tres peticiones: la primera,  sobre el pan cotidiano, se refiere a aquello que el ser humano necesita para su subsistencia, tanto ahora como en el futuro; con la segunda  se desea recibir  el perdón de Dios  y  se adquiere el compromiso de  otorgar el perdón  de las ofensas recibidas; el último ruego suplica que no desfallezcamos al enfrentarnos con situaciones que pueden hacer peligrar nuestra entrega y confianza en el Padre.

           En la segunda parte, con la parábola y con la enseñanza, Jesús subraya la confianza  absoluta que  deben  tener los  discípulos en la bondad de Dios, que quiere el bien para todos sus hijos y escucha siempre todas sus peticiones.

           Entre ellas  Jesús nos invita  a pedir  el don del Espíritu Santo, maestro de oración y de vida cristiana.

    La Iglesia celebra este domingo 27 de julio la V Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores con el tema Feliz el que no ve desvanecerse su esperanza. Se establece el cuarto domingo de julio, en torno a la fiesta de los santos Joaquín y Ana, abuelos de Jesús. En el primer mensaje del papa León XIV para esta Jornada, en el contexto del Jubileo 2025, el Santo Padre invita a reconocer a los ancianos no solo como destinatarios de la atención pastoral, sino como testigos de la esperanza que, de manera activa, son protagonistas de la vida eclesial.

    El papa León XIV ha decidido que quienes no puedan peregrinar a Roma este año podrán conseguir la Indulgencia jubilar si se visita por un tiempo a los ancianos en soledad o si se realiza una obra de caridad o peregrinación donde ellos estén presentes. Continúa, así, el camino del papa Francisco, quien quiso que esta Jornada se celebrase, sobre todo, yendo al encuentro de los ancianos solos.


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