Escuchamos en la primera lectura, el relato del Libro del Génesis en que Adán y Eva fueron tentados por la serpiente. Y tiene especial significado hoy pues si Eva sufrió un engaño que iba a afectar a toda la estirpe humana, María de Nazaret estuvo libre de la herencia de Eva, el Pecado original, siendo su ausencia de pecado, el primer paso para la Redención.
En la segunda lectura (propia del segundo domingo de Adviento como nos dice la liturgia), Pablo habla a los filipenses y les dice que el amor siga creciendo en ellos y sean sensibles para apreciar los verdaderos valores. También vale para nosotros, hoy en el siglo XXI, pues la llegada de Jesús cambiará el mundo.
No hay
escena más bella y emocionante en los Evangelios. Es la que cuenta Lucas sobre
la anunciación del Arcángel Gabriel a María y sobre el alto destino que Dios
había elegido para ella. Gabriel
se presenta para pedir permiso a María. No lo dudó y aceptó la altísima misión
de ser Madre del Redentor. Dios no se impone. Dios cuenta, siempre, con nuestra
libertad.